miércoles, 12 de octubre de 2016

¿Pérdida de la Memoria o Demencia?



Por el Dr. Mercola

Prácticamente todas las personas tienen momentos de olvido, pero ¿cómo saber si sus fallos de memoria son los típicos lapsus diarios o un signo de algo más grave, como la demencia? Este es un problema común, especialmente al envejecer.

En los habitantes de los Estados Unidos, la idea de perder la capacidad mental provoca el doble de miedo que perder la capacidad física, y el 60 % de los adultos del país expresa estarun poco o muy preocupado por la pérdida de memoria.1

Aquí, lo positivo es que, la mayoría de los breves incidentes con la memoria no son realmente tan importantes como para entrar en pánico. Conforme envejece, la velocidad cerebral para procesar la información puede disminuir, lo que significa que podría tomarle más tiempo recordar quien escribió el libro que lee, o el nombre de su compañero de juegos durante su infancia.

La palabra está en la punta de la lengua, pero incluso si no puede recordarla, es capaz de reestructurar sus pensamientos para transmitir su mensaje. Esto es bastante normal, como los llamados "momentos de vejez", o como los neurocientíficos llaman "cambios inadaptados de la actividad cerebral".

Los ejemplos incluyen enviar un correo electrónico a la persona equivocada u olvidar una cita.

Esto ocurre debido a que su cerebro percibe muchas de sus tareas diarias como patrones y podría regresarlo a su red neuronal por defecto (DMN, por sus siglas en inglés), la zona cerebral que es responsable de su pensamiento enfocado hacia el interior, como soñar despierto, en ese momento.

En pocas palabras, a su cerebro le toma un instante cuando necesita estar realmente enfocado, lo que ocasiona un pequeño lapso de memoria, pero completamente normal.

Pérdida de Memoria: ¿Cuándo Debe Preocuparse?


Si los cambios en la memoria o capacidad de razonamiento que manifiesta son tan graves como para que sus amigos y familiares los noten, podría padecer a un deterioro cognitivo leve (MCI). El MCI es un ligero deterioro de las capacidades cognitivas que incrementa su riesgo de desarrollar una demencia más grave, incluyendo la enfermedad de Alzheimer.

Si los cambios mentales son tan significativos que interfieren con su capacidad para funcionar o vivir de forma independiente, podría ser demencia. Por ejemplo, en ocasiones, es normal tener problemas para encontrar la palabra adecuada, pero si se le olvidan frecuentemente las palabras y repite frases e historias durante una conversación, podría tener algún problema.

Otra señal de alerta es perderse o desorientarse en lugares conocidos (a diferencia de si necesita ocasionalmente preguntar direcciones).

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