Por el Dr. Mercola
Prácticamente todas las personas tienen momentos
de olvido, pero ¿cómo saber si sus fallos de memoria son los típicos lapsus
diarios o un signo de algo más grave, como la demencia? Este es un problema
común, especialmente al envejecer.
En los habitantes de los Estados Unidos, la idea
de perder la capacidad mental provoca el doble de miedo que perder la capacidad
física, y el 60 % de los adultos del país expresa estarun poco o muy preocupado
por la pérdida
de memoria.1
Aquí, lo positivo es que, la mayoría de los
breves incidentes con la memoria no son realmente tan importantes como para
entrar en pánico. Conforme envejece, la velocidad cerebral para procesar la
información puede disminuir, lo que significa que podría tomarle más tiempo
recordar quien escribió el libro que lee, o el nombre de su compañero de juegos
durante su infancia.
La palabra está en la punta de la lengua, pero
incluso si no puede recordarla, es capaz de reestructurar sus pensamientos para
transmitir su mensaje. Esto es bastante normal, como los llamados
"momentos de vejez", o como los neurocientíficos llaman "cambios
inadaptados de la actividad cerebral".
Los ejemplos incluyen enviar un correo
electrónico a la persona equivocada u olvidar una cita.
Esto ocurre debido a que su cerebro percibe
muchas de sus tareas diarias como patrones y podría regresarlo a su red
neuronal por defecto (DMN, por sus siglas en inglés), la zona cerebral que es
responsable de su pensamiento enfocado hacia el interior, como soñar despierto,
en ese momento.
En pocas palabras, a su cerebro le toma un
instante cuando necesita estar realmente enfocado, lo que ocasiona un pequeño
lapso de memoria, pero completamente normal.
Pérdida de Memoria: ¿Cuándo Debe Preocuparse?
Si los cambios en la memoria o capacidad de
razonamiento que manifiesta son tan graves como para que sus amigos y
familiares los noten, podría padecer a un deterioro cognitivo leve (MCI). El
MCI es un ligero deterioro de las capacidades cognitivas que incrementa su
riesgo de desarrollar una demencia más grave, incluyendo la enfermedad de
Alzheimer.
Si los cambios mentales son tan significativos
que interfieren con su capacidad para funcionar o vivir de forma independiente,
podría ser demencia. Por ejemplo, en ocasiones, es normal tener problemas para
encontrar la palabra adecuada, pero si se le olvidan frecuentemente las
palabras y repite frases e historias durante una conversación, podría tener
algún problema.
Otra señal de alerta es perderse o desorientarse
en lugares conocidos (a diferencia de si necesita ocasionalmente preguntar direcciones).
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