18 de mayo 2020
Las muertes y contagios
son solo una cara de la pandemia: del otro lado están quienes todos los días se
enfrentan al miedo, estrés, ansiedad y violencia detonada por el encierro.
Estas son algunas de las historias de chilangos que han encontrado un alivio en
las líneas de atención piscológica durante la contingencia.
Por Diana Delgado Cabañez(@Diana_DelCab)
Sentía que el
pecho le quemaba como si, por segunda vez, el virus se apoderara de su cuerpo.
Era miércoles cuando un hombre de mediana edad levantó el teléfono, su voz era
agitada y sus palabras entrecortadas, pero alcanzó a decir que tenía miedo de volver
estar enfermo.
Llevaba dos
días en casa cuando dejó de confiar en el alta médica y en el resultado
NEGATIVO que marcaba su prueba del SARS-CoV-2. El aire le faltaba y el calor en
el pecho le parecía insoportable. Todo empeoró al no conseguir el tanque de
oxigeno que le recomendaron para mejorar su respiración. Estaba seguro que de
nuevo había enfermado y para no contagiar a su familia recurrió al doble
aislamiento.
“Era una
persona que en su momento se puso muy mal, estuvo hospitalizado y logró recuperarse,
el problema fueron las sensaciones que empezó a tener al estar en casa y que lo
llevaron a encerrarse en un cuarto. Cuando nos marcó, llevaba cinco días de una
segunda cuarentena, pero conforme avanzó la llamada nos dimos cuenta que los
síntomas no eran de coronavirus: tenía ansiedad y ataques de pánico”,explicó
David Amaya, jefe del Programa de Atención Psicológica a Distancia de la UNAM.
Amaya Mora es
el encargado de coordinar, vía remota, a las 80 personas que atienden las 30
líneas delcall
centerde apoyo de la Facultad de Psicología, que mezcla
profesionistas y estudiantes de los últimos semestres de la carrera.
Quienes
están del otro lado del teléfono en las líneas de atención psicológica durante
la contingencia ofrecen un modelo de “intervención breve” y “consejo breve”,
que consiste en una sesión única de hasta una hora y, en casos necesarios, de
un seguimiento de máximo ocho sesiones.
De acuerdo con
estadísticas del Programa, el promedio de llamadas mensuales que reciben es de
mil 200; sin embargo, a partir del aislamiento social por la pandemia los
números aumentaron: en abril registraron mil 600 y la primera semana de mayo
cuadruplicaron su promedio diario al recibir 165 llamadas al día, por lo que
estiman que el aumento de atenciones será exponencial.
Este panorama
no sólo impactará a la CDMX. El 14 de mayo la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) hizo un llamado a que los países refuercen sus sistemas de
atención a la salud mental, pues históricamente en las crisis económicas los
niveles de suicidio y consumo de sustancias aumentan.
En el caso de
las afectaciones psicológicas derivadas de covid-19, los más vulnerables son el
personal de salud, los adultos mayores, los adolescentes y quienes viven con
enfermedades mentales preexistentes. Según datos de la Asociación Psiquiátrica
Mexicana, alrededor de 30% la población presenta un trastorno mental
pero solo 1 de cada 5 recibe tratamiento.
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