Por
Dalia Patiño González
Puebla, Puebla. 7 de febrero de 2017
(Agencia informativa Conacyt).- Trascender y tener éxito está definido
por las expectativas de cada persona, lo importante es que esa trascendencia
sirva para algo y ayude a los demás, expresa en entrevista por teleconferencia
para la Agencia Informativa Conacyt el doctor César López Camacho, creador,
junto con el doctor Arturo Reyes Sandoval, de las primeras dosis de vacunas
contra el virus del zika y chikungunya, respectivamente, que tendrán su
aplicación en humanos en la fase clínica 1 en este 2017.
El doctor César López Camacho es un destacado
científico poblano que se formó como biólogo en la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla (BUAP).
Después de cursar sus estudios en esta institución, y con apoyo del Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), realizó su tesis de maestría en el Instituto Wistar en Filadelfia,
Estados Unidos.
A partir de ahí, el doctor López Camacho empezó
sus trabajos con virus modificados genéticamente que expresaban proteínas del
virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Su trabajo de tesis se centraba en
saber hacia dónde iban esos virus una vez que ingresaban en el organismo.
Tras concluir la maestría en el 2005 regresó a
Puebla y trabajó como docente en algunas universidades del estado; sin embargo,
su pasión por la investigación lo condujo hacia otros caminos. Así fue como
inició su doctorado en biología molecular en la Universidad de Mánchester, en
Inglaterra. Su objetivo era muy claro: probar otras formas de hacer ciencia en
otros países y adquirir experiencia suficiente para continuar su preparación
como investigador.
“En 2007 hice mi doctorado en la Universidad de
Mánchester y en 2011 me titulé como doctor. Ahí aprendí mucho sobre terapia
genética, expresión genética, factores que desencadenan a los genes en las
diferentes etapas de desarrollo en mamífero, etcétera. Posteriormente me
invitaron a hacer un posdoctorado en Estados Unidos en la Escuela de Medicina
de la Universidad de Massachusetts (UMASS, por sus siglas en inglés), para luego ingresar a la
Universidad de Vermont, donde también realicé otro posdoctorado en un centro de
investigación de cáncer”.
Actualmente el doctor López Camacho desarrolla,
en coordinación con el doctor Arturo Reyes Sandoval (jefe del laboratorio), una
vacuna contra el virus del zika en el Instituto Jenner del Departamento
Nuffield de Medicina de la Universidad de Oxford. Sus aportes a la ciencia
también se relacionan con la creación de vacunas para el dengue, chikungunya y
malaria.
De aspirante rechazado a científico destacado
Resulta difícil imaginar que este destacado
científico fue en 1997 un aspirante rechazado en el proceso de admisión a la
carrera de medicina de la BUAP, a la que quería entrar influenciado por el
ejemplo de su hermana mayor. Sin embargo, su destino le tenía preparada una
ruta diferente dentro de la ciencia.
“Me quedé a 10 lugares del último puntaje
aceptado. Me sentí mal pero insistí porque mi promedio era bueno y mis
resultados en el examen de admisión no fueron bajos. Permanecí parado por horas
para ver si alguien no llegaba a inscribirse y ese lugar me lo daban, pero al
final un funcionario de admisiones me dijo que no tuve suerte. Me dio tres
opciones para entrar a la universidad por mi buen puntaje en el examen:
matemáticas, física y biología. Me incliné por biología al leer el programa y
pensé que el próximo año volvería a hacer el examen para medicina, pero resultó
que me gustó tanto la carrera de biología experimental que ya no me cambié
(...) La biología molecular y la investigación biomédica me atraparon”, relata
para la Agencia Informativa Conacyt.
El gusto por el desarrollo de la ciencia se lo
infundieron algunos profesores de la carrera, en especial los doctores María
Rosa Padrós y Osvaldo Vindrola. Esta formación fue la amalgama perfecta para su
curiosidad innata.
“Ellos habían hecho posgrados en otros países y
al escuchar sus anécdotas me ilusionaba, con ellos hice mi tesis de
licenciatura, obteniendo el grado de biólogo con mención honorífica, aunque en
realidad podría haberme titulado por promedio. Después ingresé a la maestría en
bioquímica en la BUAP, pero el doctor Arturo Reyes Sandoval me dijo que había
posibilidades de estudiar un posgrado en la Universidad de Pensilvania, donde
él se encontraba realizando su doctorado, así que fui como científico
visitante, con apoyo de mi exsupervisora en el Instituto Wistar, doctora
Hildegund Ertl, y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología”.
Un virus que se vuelve prioridad
Desde hace tres años, en el Instituto Jenner del
Departamento Nuffield de Medicina en Oxford, el doctor López Camacho trabaja
con proyectos de enfermedades emergentes y con los virus del dengue y
chikungunya, en el laboratorio del doctor Reyes Sandoval, quien también es
poblano.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud
(OMS) lanzaría una alerta por la presencia de un nuevo virus, el zika. Para
finales de noviembre de 2015, los doctores López Camacho y Reyes Sandoval,
apoyados en las colaboraciones con colegas de otras universidades de
Latinoamérica, supieron que este virus estaba afectando a un sector poblacional
importante, además de estar asociado a la microcefalia en fetos y recién
nacidos. Fue entonces cuando el zika se convirtió en prioridad.
“Sabemos que el zika es un virus primo hermano
del dengue y nosotros ya teníamos trabajo con el dengue. Así que decidimos
desarrollar una vacuna contra el zika. Me puse a trabajar muy duro, por días
dormí muy poco y lo único que tenía en la cabeza era 'vamos a hacer esta vacuna
y vamos a llegar a pruebas experimentales'. Con el apoyo y colaboración
del doctor Reyes Sandoval, un factor importante en este proyecto, el propósito
de esta investigación se hizo realidad".
Gracias al financiamiento obtenido por parte de
la Universidad de Oxford y del gobierno británico, se trabajó para realizar
pruebas en animales y después probar la inmunogenicidad en modelos preclínicos.
Dichos financiamientos se emplearán para producir dosis de la vacuna contra el
virus del chikungunya y el zika, para la fase clínica 1 en humanos a finales de
2017.
El resultado fue el desarrollo de 12 tipos de
vacunas que servirán para verificar cuál es la más inmunogénica y así probarla
en pacientes británicos a finales de este 2017.
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